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Método natural para reducir la presión sanguínea

La hipertensión es la elevación de los niveles de presión arterial de manera sostenida. Esta presión es la fuerza que se produce cuando el corazón, en su funcionamiento regular, ejerce presión sobre las arterias para que conduzcan la sangre hacia los órganos.

Cuanto más alta es la tensión, más esfuerzo tiene que realizar el corazón para bombear la sangre. Si los vasos sanguíneos tienen una tensión elevada de manera constante pueden dañarse y perjudicar también al músculo cardíaco.

Según un médico de Moscú llamado Lu Huns, es posible aplicar los secretos de la antigua medicina china para reducir la presión sanguínea en pocos minutos y sin recurrir a los fármacos tradicionales.

Para hacerlo, realiza los siguientes pasos:

Puntos Nº 1 y 2

Imagina una línea que recorre desde la parte posterior del lóbulo de la oreja hasta el centro de la clavícula. Recorre suavemente ese trazo con un movimiento muy suave de la punta de tus dedos.
Repite este movimiento 10 veces en cada lado de tu rostro.

Punto Nº 3

Primero ubica el punto que se encuentra en el rostro, a medio centímetro desde el lóbulo de la oreja en dirección hacia la nariz. Masajéalo con la punta de los dedos durante 1 minuto por cada lado, presionando pero sin provocar dolor.

Según el médico, este método se basa en la interconexión entre las diferentes regiones del cuerpo, con lo cual, al actuar sobre sus enlaces sería posible lograr deshacer los bloqueos en el flujo sanguíneo del cuerpo para ayudar a la curación.

El nivel de tensión arterial normal en los adultos es de 120 mm Hg1 cuando el corazón late y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja. Se considera elevada cuando la primera alcanza los 140 mm Hg y la segunda, 90 mm Hg.

El mayor problema es que las personas con hipertensión en general no presentan ningún síntoma, aunque a veces pueden manifestar dolores de cabeza, dificultad en la respiración o palpitaciones.

Este "silencio" que suele implicar es peligroso, dado que la falta de tratamiento aumenta el riesgo de generar daños a los órganos vitales como el corazón y el cerebro.

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